Todos los mensajes institucionales piden a la población que nos quedemos en casa el máximo de tiempo posible hasta que pase la denominada cuarentena de 15 días. Solo salir en caso de necesidad imperiosa. Cuanto menos relaciones existan mejor.

Una vez aislado el Coronavirus, todo puede volver a la normalidad, además si no hay infecciones los servicios sanitarios pueden atender a los infectados y las urgencias de otras enfermedades. Quedarse en casa no es una opción dice la presidenta Armengol, es un deber ciudadano. Colaboración en beneficio del interés general.

Nos pedían ayer vecinos y vecinas si había un protocolo promulgado para meterse en casa 15 días y no volverse loco/a, y pasarlo lo mejor posible, si habían dado ideas los profesionales que aconsejan a las autoridades competentes. Le fuimos contestando que no había nada de nada al respecto. A nosotros se nos ocurren muchas cosas que se puede hacer mientras pasa de largo el bicho. Ese que se parece cuando llegó la gripe y que tantos problemas creó en el siglo pasado. Algunas pinceladas por dar varias ideas.

Es hora de parar un poco el tiempo ahora que lo vamos a tener unos días, ponernos ante el espejo y preguntarnos a donde vamos tan corriendo. Seguramente con tantas prisas hace muchos años que no leemos los libros que marcan un poco la existencia de cada persona, la lectura además es buenísima, un remedio que sustituye a todo, con ella se terminan muchas enfermedades crónicas.

Momento para cocinar aquellos platos que prometes alguna vez y quedan olvidados por falta de tiempo. Esa música celestial que quieres escuchar y nunca puedes porque el móvil, facebook, twitter, mensajes, grupos, han invadido nuestras vidas y nos arrinconado en la completa soledad por miles de amigos virtuales que tengas.

En una casa siempre hay decenas de cosas que hacer, mantenimiento, limpieza general, ordenar toda tu vida que está en cajones y nunca sacas tiempo para ponerla por etapas. Aquellos cajones llenos de ropa y otros elementos que los has ido arrinconando y tienes más cosas que no empleas que las que utilizar siempre.

Todo lo que se ha quedado pequeño y sin emplear se puede llevar a la segunda mano, a las ONGs, a quienes lo necesitan y además dejas espacios en tus repletos cajones y armarios. Con tiempo y en casa es el momento para hablar con la familia, todos entran y salen a destiempo en muchos hogares, recuperar la sobremesa y la tertulia muy provechoso y fundamental.

Tantas cosas en los trasteros, tanto espacio ocupado de cosas que no usas, tantas charlas con la familia. Ahora es el momento de pensar si lo estamos haciendo bien, si el consumismo nos ha convertido en prisioneros de las mayores maldades humanas. Poner orden en nuestras vidas es la gran oportunidad del Coronavirus, decía mi abuelo que siempre hay un menos mal. Habrá que pensar en serio que sociedad hemos montado para que pase esto y estemos todos en jaque. Cierre de fronteras, aislamientos.

Es importante analizar porque en 50 años hemos decidido cargarnos el planeta que tan bien cuidaron nuestros antepasados en millones de siglos. Hemos roto el equilibrio, y nos acecha el virus desconocido, las tempestades, el calentamiento global, la deshumanización de las ciudades y pueblos.

Me dice una amiga que es tontería arreglar la costa que dentro de pocos meses el mar volverá a romperlo, que hay que retroceder donde marca el agua y los temporales. Por supuesto cada uno en casa tiene sus entretenimientos y ocio preferido, es hora de quitarles el polvo y recuperar aquellas ilusiones. Hay muchas cosas, muchas para hacer en casa ahora que no estamos nunca.

Por supuesto cada profesional tendrá tiempo para actualizar sus conocimientos, siempre falta tiempo para darse una revisión a nuestras ocupaciones laborales. Todo profesión necesita de reciclaje, nos falta tiempo. Mira por donde muchos tendrán 15 días para hacerse más sabios y salir a la calle con más seguridad.

Quedarse obsoleto en estos tiempos no es aconsejable. Nosotros los que debemos informar tenemos más trabajo que nunca y debemos llevar frescas a sus casas las novedades que acontecen, si yo pudiese guardar 15 días de fiesta en casa sería una gloria bendita.