Editorial: Sigo de cerca desde hace 35 años la limpieza, recogida de basuras, reciclaje, escombros, parques verdes, cartón por las calles, trastos, todo lo relacionado con lo que tiramos y despreciamos. Mi conclusión es que se ha hecho poco o nada para poner orden. El Manacor humano, social, comercial y turístico merece un respeto, eso no ha existido nunca en pasadas legislaturas. Las últimas concesiones y adjudicaciones de Antoni Pastor y Bernat Amer fueron catastróficas para los intereses generales de los residentes en este municipio. Contratas inexplicables a la baja que nos dejaron fuera de juego. Ellos sabrán porqué las empresas han hecho siempre lo que les ha dado la gana.

Desde la llegada de la democracia y todos los alcaldes y alcaldesas que han habido en estos más de 40 años, han despreciado un servicio que hemos pagado a precio de oro y sin embargo nos lo han escamoteado. No hubo denuncias a los incívicos, a las empresas que se hacían cargo del servicio y nunca eran sancionadas a pesar de sus evidentes incumplimientos del Pliego de Condiciones. Tampoco se miró si los camiones y maquinaria eran nuevos cuando se cambiaba de convenio. Un desastre que nos puso a Manacor en la picota de los más sucios del planeta. Paradoja, pagábamos más que los más caros.

Ha llegado este Gobierno de izquierdas liderado por Miquel Oliver (alcalde), Núria Hinojosa (vice-alcaldesa) y Carles Grimalt (teniente de alcalde). Por supuesto con la energía y dedicación en Medio Ambiente y concesiones de los Delegados Sebastià Llodrà y Sebastià Nadal. Ellos han puesto rumbo a una solución nunca antes afrontada. Control de frecuencias, cumplimiento de los pliegos de condiciones, vigilancia a los incívicos, multas a quienes se saltan la ley y los convenios. Orden y concierto. Defensa de los intereses generales. Cambios en la forma de limpieza y recogida de basura, novedades en el reciclaje, campañas de concienciación.

Por primera vez en la historia desde que llegó un alcalde o alcaldesa después de votar en democracia, en este pueblo se ha cogido el toro por los cuernos. Seguro que será largo y hay que ir mejorando muchas cosas. Pero está claro que el rumbo tiene sentido. La empresa que como siempre nos quiere tomar el pelo, ha recibido multas que superan los 80.000 euros, por facturar servicios que no ha hecho y por no tener la maquinaria nueva que es preceptiva. Se sanciona a los incívicos (milagro). Se hace un seguimiento casi personalizado de las incidencias. Toman nota y solucionan en pocas horas cada problema. Está mejorando que nadie lo dude. Es muy difícil porque los que manchan lo hacen a destajo y a todas horas (están sin civilizar).

Aprovecho este texto para decirles a Oliver, Hinojosa, Grimalt, Nadal y Llodrà, que en el puerta a puerta del centro deben vigilar muy bien como se bajan las bolsas a las aceras en pleno verano. Algunas chorrean líquido pestilente que queda en la vía pública y atrae a los roedores y gatos. Anoche mismo vi con mis ojos como se dejaba una bolsa en la calle Pio XII y el sujeto tan tranquilo, le importó un pepino, manchar sus propias escaleras y toda la acera, con reguero incluido hacía el asfalto por donde pasan los vehículos. Pestilente. El recipiente que nos dieron para orgánica muchos/as se quejan que es pequeño, sobre todo si hay varios miembros en la familia que generan residuos.

Antes todo eran buenas intenciones y amenazas, pero ninguna acción contundente, ni se seguía de cerca los incidentes. Los que ahora están en el Gobierno hacen lo que les corresponde, gestionan un servicio sensible y vital para la población que los ha puesto al frente. Ni más ni menos, medallas ninguna. Es su obligación. Pero por primera vez después de 35 años hay unas personas en el Ayuntamiento, políticos y técnicos (empleados municipales, funcionarios,) que se han remangado y han dicho basta. Si pagan la tasa los residentes, es necesario que se preste el servicio. Y lo han comenzado hacer. Hay sombras, claro que si, pero eran muchos años de pasar de todo y mirar a otro lado, en un año es imposible reconducir tamaño despropósito. Los veo trabajar, están por la labor. Rafael Gabaldón San Miguel.