Editorial: Vuelve la Sanidad y la Salud a ser el centro de nuestras vidas. El orden de prioridades las encumbran al inicio de la pirámide de nuestra existencia. Me cuentan que profesionales sanitarios de hospitales y centros de atención primaria de Mallorca han lazando el SOS ante la segunda ola de coronavirus que se ha instalado en la isla, reclaman más medios humanos y aseguran que el sistema está al borde del colapso, al tiempo que el número de contagios y hospitalizaciones no deja de aumentar.

En atención primaria tienen plantillas sin dotación, con la ratio más baja de médicos por tarjetas sanitarias. Los centros de salud se están desbordando pese a que los profesionales están trabajando más horas de las que les corresponde. Están preocupados por la sobrecarga física y mental que arrastran de la primera ola. La gente está desgastada, este repunte nos ha pillado de improviso, denunció ayer el Sindicato Médico Balear (Simebal).

Y siguieron con la lista de demandas. Hay personal que todavía no ha podido disfrutar de vacaciones y otros que lo están haciendo ahora. Hay centros de salud que están al 50% del personal porque no hay quien haga sustituciones. Y soportando una sobrecarga de trabajo porque tienen que hacer las funciones de rastreadores, mientras cada centro recibe unas 200 llamadas de media al día de pacientes que hay que contestar, añadieron en Simebal.

El sindicato médico dejó claro en su versión de los actuales hechos, que el virus ya está causando estragos entre médicos, enfermeras y profesionales de atención primaria. Según la última actualización hay 78 compañeros en aislamiento y 25 confirmados como positivos. Hace dos semana eran 28 aislados y seis contagiados, así están las cosas, lamentaron desde el sindicato médico. Si hacemos caso a quienes están en hospitales y atención primaria el asunto es muy grave y no ha comenzado la proliferación de casos, es el inicio de la segunda ola.

En los colegios se preparan sin mirar atrás para asumir un curso muy diferente. Hoy mismo habrá reunión de los consejeros de Educación de todas las autonomías y definir los protocolos del inicio. Saben que será muy duro y que se enfrentan a situaciones que pueden suponer adversidades sin precedentes. Si se confirma un caso, el estudiante, su familia y sus contactos estrechos deberán estar aislados mínimo 10 días. Los equipos directivos avisarán a las familias de los compañeros cercanos para citarlos para una PCR. Los centros deberán procurar que los menores aislados no pierdan el hilo de la actividad educativa si se encuentran bien.

Si prosiguen los contagios en ese colegio habrá que cerrar la clase y en casos extremos suspender la actividad del centro educativo. Si en un centro hay más de tres casos, se considerará un brote, se evaluará el riego de forma inmediata, lo que podrá implicar más medidas de protección y control sanitario como el cierre de una clase o varias, parcialmente una zona del centro e incluso toda la escuela. Si se decretan confinamientos por barrios o municipios, eso implicará el cierre de los centros educativos que estén en esas zonas.

Hay que hacer las cosas con mucho rigor y vigilar a los que nunca cumplen con las reglas que nos hemos dado para todos por el bien del interés general. Un niño/a infectado puede suponer obligar a la cuarentena a sus padres. Si estos trabajan habrá que pagar sus nóminas y quienes les sustituyan en sus trabajos generarán nuevos costes. Dinero que no está disponible porque debemos lo que nunca podremos pagar aunque vivamos 100 años. Educación y Salud van de la mano en las próximas semanas. De nosotros depende un nuevo confinamiento y la ruina definitiva, o seguir aspirando a superar este difícil reto.

Hasta los más pacientes y fieles militantes de los partidos políticos están enfadados con nuestros gestores. Resulta que nos cuentan el drama de los sanitarios y las dificultades de los profesores, cuando todo debe comenzar de inmediato. Que ha pasado para estar con la guardia bajada. Lo de siempre. Anuncian medidas e intenciones sobre el papel que lo aguanta todo, pero cuando llega la hora de la verdad todo era publicidad, buenos deseos y dejar que la suerte cambie el destino. Ojalá lo que hoy es oscuridad mañana mismo sea luz maravillosa y nítida. Rafael Gabaldón San Miguel.