El COPIB considera demoledoras las conclusiones del programa PROCARE y reclama incorporar a los centros educativos profesionales de la psicología

El COPIB considera demoledoras las conclusiones del programa PROCARE que evalúa el estado de salud mental y emocional del alumnado en las Islas. El estudio promovido por la Conselleria de Educación con la Universidad de Jaén revela que el 38,12% de los alumnos participantes presentaba factores de riesgo de desarrollar un problema emocional, el 12,86% evidenciaba factores de alto riego y el 16,24% presentaba un trastorno mental.

Desde el Colegio advierten que extrapolando los resultados de la muestra a todo el alumnado de FP, ESO y Bachillerato de la comunidad autónoma estaríamos hablando de 24.000 alumnos con factor de alto riesgo y/o presencia de un trastorno. Por ese motivo, urge a las administraciones competentes a adoptar medidas en los centros que permitan atender – desde el primer momento de la detección– la problemática psicológica que está viviendo la comunidad educativa, contando con personal específicamente cualificado para esta misión. Al respecto, manifiestan que, de acuerdo con las funciones que le son atribuidas, el/la psicólogo/a educativo/a, profesional sanitario especialista en entornos educativos, es la figura que reúne la cualificación y competencias necesarias para atender las necesidades psicológicas y problemáticas – muchas de alto riesgo – que está viviendo el alumnado.

Por todo ello, reclama:

1. La incorporación progresiva de profesionales de la psicología a las plantillas de todos los centros educativos, colegios e institutos, sostenidos con fondos públicos de la comunidad autónoma, donde sus programaciones deben reservar tiempos y espacios adecuados para el desarrollo de planes de evaluación e intervención, dirigidos a trabajar la problemática psicológica de la comunidad educativa.

2. La incorporación de este profesional a los centros educativos no anula a otras figuras existentes pues todas son necesarias. Se apuesta por departamentos multidisciplinares donde cada integrante desarrolle las funciones profesionales para las que está formada.

3. Promover en los centros educativos el desarrollo de programas de evaluación e intervención basados en la evidencia, dirigidos a mejorar el bienestar psicológico de la comunidad educativa. Estas acciones de evaluación e intervención sobre problemas psicológicos tienen que estar planificadas y dirigidas por profesionales de la Psicologia.

Por último, desde el COPIB recuerdan que la promoción del bienestar psicológico y la prevención de los problemas de salud mental en contextos educativos supone la mejor inversión por parte de la sociedad, los gobiernos y las instituciones.